jueves, 17 de noviembre de 2016

CAMBIO



¿Cambio? ¿Nuevo frente a lo viejo?¿Política participativa frente a jerarquía en la toma de decisiones?Todos estos términos, muy antiguos por cierto, se encuentran en boca de todos los ciudadanos desde hace unos años. El malestar de la sociedad frente a una política corrupta y caciquil levantó a muchas personas de su sofá para salir a la calle a demandar una "mirada hacia abajo", hacia una realidad que no era visible hasta esos momentos. Desahucios, pobreza energética, pobreza infantil, un mundo laboral explotador,... condiciones que hacen imposible una convivencia justa.
A partir de este momento, en España, la calle se convierte en el centro de las protestas. El 15M mueve ilusiones, fomenta la participación de la gente y edita un discurso de la recuperación de las instituciones para el bien común. Y aquí llega el gran error del movimiento. Era necesario introducirse en el sistema para intentar cambiarlo, pero no en las condiciones que se ha llevado a cabo, y mucho menos, con los personajes instaurados apropiándose de un discurso, que en dos años ha variado tanto que ya no saben ni donde se encuentran. Se ha pasado de demandar derechos sociales a convertirse en todo aquello que se había criticado. De "mirar hacia abajo y echar a la casta del poder", a mirar "hacia el lado para que no me quiten el poder y pactar con la casta para conseguir dicho poder". Se ha pasado de la protesta real a la protesta "maquillada", de tener un discurso "social" a ser "socialdemócratas", para volver al "social", de aunar un conglomerado de ideas dentro de un mismo partido que lleva a la disolución de la idea principal, y por la cual, muchos nos levantamos del del sofá, que no es otra que "luchar por la dignidad de todos los ciudadanos".

Y el error interno más grave fue el no control real de los círculos, desde donde muchos se han apropiado de un poder que realmente no tienen, desde donde se ha llegado a los Ayuntamientos sin tener una mínima idea de que proyecto político se quiere para las ciudades, sobretodo las pequeñas y medianas, y por encima de todo, de los individuos que se han aprovechado de la situación para colocarse y vivir de la política, algo que siempre se ha negado por activa y por pasiva. Pero el tiempo va poniendo todo en su lugar. Los plenos de las distintas ciudades se llenan de mociones institucionales, de mociones que alertan o incitan a una administración superior "a que hagan tal o cual modificación de una ley en concreto", y que el ciudadano percibe como algo lejano. Cuando se vota en un municipio lo que se pretende es cambiar aquello que afecta de forma cercana a los ciudadanos.

Así que si el tiempo no lo cambia estamos ante un experimento sociológico que va a durar bien poco. Al ciudadano se le ha engañado en muchas ocasiones, pero cuando se juega con la ilusión, el engaño dura poco. Mucho cambio debe haber, mucha más política participativa y, ante todo, algo muy novedoso debe ocurrir en los próximos años para que se acabe el bipartidismo. 
 

martes, 15 de noviembre de 2016

SOLEDAD




¿Por qué tenemos miedo a la soledad? ¿A qué se debe el sentimiento de indefensión que nos provoca no relacionarnos con nadie? En este punto se debe especificar que hay dos estados diferenciados asociados a la soledad: el estar solo y el sentirse solo. El primer estado está relacionado con la necesidad individual de reflexión, y por tanto es voluntario, mientras que el segundo estado está relacionado con la dificultad para obtener relaciones interpersonales satisfactorias, que produce un malestar interno e impide desarrollarse individual y socialmente.

En determinadas ocasiones el ser humano necesita su espacio para reflexionar, decidir y llevar a cabo determinados proyectos vitales. Esta soledad es voluntaria, y cada uno decide cuándo se toma un tiempo y como lo lleva a cabo. No produce ningún tipo de desadaptación e incluso es necesaria en épocas de estrés. Es una soledad condicionada a uno mismo, a su situación y a su devenir.

La soledad entendida como "sentirse solo" equivale a estar rodeado de gente y aún así no poder apartarse de la soledad. Es estar en una burbuja, aislado, con la noción de no pertenecer a ningún grupo y entender que no somos importantes para nadie. Está situación con el tiempo deriva en depresión y en problemas mentales que impiden pensar y ver lo que hay a nuestro alrededor de forma coherente.

En los tiempos de crisis que vivimos muchos individuos han pasado de "sentirse solos" a "ser excluidos". En principio expulsados y aislados en la parcela laboral, degradándose en el tiempo, acentuando un proceso de inadaptación externo y más doloroso si cabe que el voluntario, acabando con una sensación de no pertenencia al grupo hasta el que hace poco tiempo nos sentíamos identificados y con dificultad para revertir la situación por falta de expectativas reales. Para solucionar esta sensación es indispensable el apoyo social, que debería llegar desde las diversas administraciones, y  la fuerza de voluntad para seguir luchando. Sin estas condiciones, la soledad será uno de los problemas del futuro.

viernes, 11 de noviembre de 2016

AUTOESTIMA






La crisis económica, social  y política que sufre la sociedad actual está derivando en una crisis de valores personales que afectan directamente al bienestar personal. Una de las capacidades más afectadas es la Autoestima, entendida como "la valoración que cada uno hacemos de nosotros mismos, lo que somos, en lo que nos convertimos, como consecuencia de una mezcla de factores físicos, emocionales y sentimentales a los que nos enfrentamos a lo largo de la vida".

Dicha valoración se hace a través del tiempo, y por tanto, aquello que afecta directamente a la vida diaria produce cambios en la propia percepción. Cuando percibimos que no  tenemos el control de lo que ocurre a nuestro alrededor tendemos a sentirnos vacíos e incluso inútiles para desempeñar tareas que anteriormente no teníamos problemas en realizarlas. Esta valoración que en principio solo afecta a determinadas tareas se va haciendo con el control de todo nuestro comportamiento. Para poder recuperar el control de la situación es importante sentirse útil, y para ello no hay mejor manera que empezar por considerar que uno mismo es capaz de recuperar ese control a base de superación.

Es importante plantearse objetivos que sean sinceros, personales, realistas, divisibles y medibles. Sinceros en el sentido de que realmente uno quiera hacerlo, realistas como posibilidad de realización, divisibles para poder ir paso a paso y medibles para poder comprobar que vamos logrando aquello que nos hemos propuesto. A medida que se recupera el control de uno mismo el sentimiento de inutilidad va desapareciendo, aumentando la autoestima. En muchas ocasiones, y cuando la autoestima es muy baja, se llega a un punto de desmotivación total, y no queda más solución que acudir a un profesional para que nos guíe en la recuperación personal.

Tener una valoración adecuada a las posibilidades personales nos llevará por el camino del autoconocimiento. El conocer que podemos hacer y que no podemos hacer. Dicho control hará que nuestra vida sea mucho más sencilla y no tengamos aspiraciones a las que no podemos llegar. Como se dice coloquialmente el "tener los pies en el suelo" conlleva tener una mente en el suelo.


lunes, 7 de noviembre de 2016

VISIBILIDAD








La última semana de Noviembre se celebra la Semana de Personas Sin Hogar, siendo el domingo 27 de Noviembre el día de las Personas Sin Hogar. El lema de este año es  "HAZME VISIBLE. Por dignidad, Nadie sin hogar". Uno de los problemas más acuciantes en la sociedad actual es el tema de la vivienda. En este apartado habría que puntualizar que no sólo se consideran a aquellas personas que no disponen de un techo, si no también a aquellos que viven en condiciones inhumanas, o aquellos que no disponen de luz ni de agua. Estos casos también se considera que no llega a unos mínimos para mantener las necesidades básicas cubiertas. Durante los últimos años las políticas en torno a este tema no han existido. Los desahucios han aumentado exponencialmente, los cortes de luz y de agua no han dejado de subir y muchas personas han perdido la oportunidad de volver al mundo laboral por no disponer de una vivienda digna o simplemente por no disponer de vivienda. Esta situación aboca al individuo a la desesperanza y a la desmotivación, con un futuro realmente incierto y sintiendo que nadie les ve.
La visibilidad es la única forma de sensibilización en este caso. Si uno no conoce, si no tiene datos, si no siente es difícil hacerse una idea de esta realidad. Todo se ve desde el prisma individual sin ponerse en el lugar del otro, sin actuar con esta otra visión del mundo. ¿Y cómo podemos hacer visible este colectivo? Mediante campañas como esta. En las que el centro es la persona, sus capacidades y, sobretodo, su dignidad. En las que los prejuicios que aún existen en nuestra sociedad puedan ser refutados, y que la mayoría social se de cuenta de que por encima de los problemas están las personas. Y que todo puede tener una solución. Y está solución pasa por el conocimiento, el diálogo y la empatía...