jueves, 17 de diciembre de 2015

ESCUCHAR A LA DIGNIDAD


En esta entrada quiero explicar en que consiste mi trabajo con las personas en situación de sin hogar. Para muchos de vosotros es un trabajo peligroso, incluso alguien han llegado a decirme que "cómo puedo aguantar a esta gente que no hace absolutamente nada". Mi trabajo consiste en, no en aguantar a nadie, no en enfrentarme a gente más peligrosa a la que se puede enfrentar cualquier otro que trabaje cara al público, si no que consiste en estar al lado de esas personas que necesitan más que nadie una ayuda para afrontar la realidad que les está tocando vivir. La gran mayoría no están por placer en esta situación. La función principal que realizamos es la escucha activa. El que nos cuenten todas las inquietudes que tienen, sin interrumpir, sin que se sientan menos que otros, abriendo bien los oídos para intentar captar aquellas potencialidades sobre las que trabajar Y para que entendáis por que me gusta mi trabajo os contaré casos particulares y luego cada cual que valore cual es la función que realizamos.
Sin ir más lejos ayer en el Centro tuve una charla con un señor de 68 años que está totalmente desmemoriado y que debe tomar una medicación para solucionar un problema de salud que tiene en estos momentos. No entendía que con el tiempo que llevaba tomando la medicación no encontrará ningún tipo de mejoría, y que quería saber cual era su médico para ir a hablar con él. El problema que tenía, y así se lo tuve que explicar, es que como hay veces que no se acuerda de tomar la medicación, no la toma con la pauta adecuada. Nosotros nos preocupamos de que se la tome pero hay veces que por circunstancias no se lo recordamos. Al final entendió que debía seguir tomándola con la pauta adecuada para ver si encuentra mejoría.
Una de las tareas más comunes que realizamos, y que para muchos es una obviedad, es el tema de la higiene personal. Tienes que explicarles a las personas que pernoctan en el Centro que deben mantener una higiene adecuada, primero por ellos mismos, y después por el resto de personas que están a su alrededor. Algo tan común, cuando uno se encuentra tiempo en la calle, pierde la rutina de un buen aseo personal. Explicarles que deben mantener su habitación ordenada y bien hecha la cama. Este es el primer paso que damos para que se sientan cómodos y útiles mientras dure su estancia en el Centro.
Y hoy cuando me vaya a trabajar no tendré miedo a lo peligroso, no sentiré asco y sobretodo no iré a aguantar a nadie. Iré a estar al lado de personas que se merecen ser tan dignas como aquellos que piensan que no se merecen absolutamente nada.

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